sábado, 12 de noviembre de 2016

Restos mudéjares del Palacio de la Aljafería de Zaragoza


En una entrada anterior presentamos el múdéjar de Teruel, en lo que fue la primera exposición de nuestro trabajo sobre el mudéjar aragonés. Como ya comentamos,  en 1986, la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad el conjunto mudéjar de Teruel y extendió esta consideración a otros monumentos mudéjares de Zaragoza ciudad y provincia. En total son diez los monumentos incluidos en la distinción de la Unesco: los cuatros de Teruel ya expuestos: tres en la provincia de Zaragoza a la que dedicaremos otra entrada y otros tres en la ciudad de Zaragoza.

Los bienes mudéjares de la ciudad de Zaragoza considerados Patrimonio de la Humanidad son: los restos mudéjares del Palacio de la Aljafería; el ábside, parroquieta y cimborrio de la Catedral o Seo y la Torre e Iglesia de San Pablo Apostol. Preferimos dedicar una entrada por separado a la Aljafería por la singularidad de este monumental palacio.

Pasamos a conocer este palacio siguiendo la web de Patrimonio Cultural de Aragón. La Aljafería es en la actualidad la sede de las Cortes de Aragón:


La Aljafería es un bien cultural muy heterogéneo, ya que incluye un palacio hispanomusulmán, un palacio medieval y un palacio renacentista. Las fotografía las tomamos en nuestra visita- 







El Palacio de la Aljafería es uno de los monumentos más emblemáticos de Aragón. La edificación más antigua que hoy se conserva del conjunto es la Torre del Trovador, cuyos pisos inferiores datan del siglo IX y que fue integrada en el palacio musulmán levantado en el siglo XI por los Banu Hud, monarcas de la Taifa zaragozana. Este palacio es considerado en la actualidad como una de las cimas del arte hispanomusulmán.



En el interior, el eje central  alberga las construcciones residenciales del palacio taifal, de gran belleza ornamental. Allí se localiza el patio de Santa Isabel, de planta rectangular, a cielo abierto, con albercas en sus lados cortos y un pórtico que lo rodea precediendo las estancias.


En el lado Norte se disponen los espacios más relevantes, como son el Salón de los Mármoles o Salón del Trono y a ambos lados dos estancias cuadradas a modo de alcobas reales. Esta zona destacaba por su exhuberancia ornamental, aunque en la actualidad se conserven fragmentos aislados, y también por la utilización del arco mixtilíneo, característico de la Aljafería.



En el flanco oriental del pórtico Norte se encuentra el pequeño oratorio que estuvo destinado al uso exclusivo del monarca y su corte. Su planta es de formato cuadrado que en altura se convierte en octogonal y en uno de sus lados, orientado hacia el sureste, se abre en arco de herradura el nicho del mihrab. Del oratorio original se conserva en su primera planta una rica decoración a base de arcos mixtilíneos, ataurique y un friso con una leyenda cúfica y por encima de éste, una galería de arquillos lobulados con restos de decoración pictórica. 






































Después de la conquista de Zaragoza por Alfonso I en 1118, el palacio fue reformado en numerosas ocasiones. La mayoría de los restos de época medieval que han llegado hasta nuestros días datan del reinado de Pedro IV el Ceremonioso en el siglo XIV. Se localizan en las plantas baja, intermedia y superior y corresponden con la parte mudéjar del conjunto. La puerta de ingreso al palacio desemboca en el patio de San Martín desde donde se accede a la iglesia mudéjar dedicada al mismo santo.







































En el lado Sur del patio de Santa Isabel se localiza la sala de San Jorge y en el Norte la sala baja del palacio mudéjar cubierta por un espectacular alfarje ornamentado con motivos heráldicos. En el sector Norte, sobre el palacio musulmán se ubican tres estancias pertenecientes al palacio de Pedro IV como son la sala que lleva el nombre del propio monarca, la alcoba de Santa Isabel y la planta superior de la Torre del Trovador.









































Los Reyes Católicos levantaron su palacio entre 1488 y 1495 sobre el ala norte del conjunto islámico, destruyendo parte del palacio medieval así como la cubrición de la mezquita. En la nueva ampliación se funden distintos estilos artísticos que van desde el gótico final hasta el renacimiento, pasando por el mudéjar de espléndida calidad, en lo que se ha venido denominando como "estilo Reyes Católicos". Para acceder a las estancias principales de este palacio del siglo XV se realizó la escalera noble que desemboca en la galería o corredor superior.






































En este punto nos encontramos frente a la puerta del Salón Dorado o Salón del Trono, a partir del cual se distribuye el resto de las estancias del palacio. El elemento más destacado del salón es su impresionante techumbre de madera tallada, dorada y policromada, compuesta de vigas y traviesas decoradas con lacerías que en sus intersecciones forman estrellas de ocho puntas. Generan treinta casetones profusamente ornamentados en su interior con el yugo y las flechas, emblemas de los monarcas Fernando e Isabel, con motivos vegetales y con unas llamativas piñas colgantes, cuyo simbolismo se relaciona con la fertilidad y la inmortalidad. Bajo el artesonado discurre una galería de arcos conopiales y en su parte inferior se dispone en un friso una inscripción latina con caracteres góticos que exalta las virtudes y hazañas de los Reyes Católicos. En torno al Salón Dorado se disponen la sala de los pasos perdidos, compuesta por tres pequeñas habitaciones, la sala de Santa Isabel, la sala de deliberaciones y la sala de Pedro IV. Todas ellas poseen magníficas techumbres decoradas con diferentes motivos geométricos y vegetales, estando siempre presentes el haz de flechas de la reina Isabel y el yugo con el nudo gordiano y la frase "tanto monta" del rey Fernando. 






































































El 4 de junio de 1931 el Palacio de la Aljafería fue declarado Monumento Nacional de Interés Histórico-Artístico. El Boletín Oficial de Aragón del día 23 de enero del 2002 publica la Orden de 2 de enero de 2002, del Departamento de Cultura y Turismo, por la que se completa la declaración originaria de Bien de Interés Cultural del denominado Palacio de la Aljafería en Zaragoza, El 14 de diciembre de 2001 el Palacio de la Aljafería es declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO al ser considerado uno de los principales ejemplos del arte mudéjar aragonés. 

Después de la visita de la Aljafería resulta difícil pensar que el conjunto es Patrimonio de la Humanidad por sus restos mudéjares, que no son precisamente lo más relevante del Palacio. Yo creo que la Aljafería en cuanto  conjunto que expresa gran parte de la historia aragonesa; como monumento civil (los nueve monumentos mudéjares restantes de la lista Unesco son religiosos) y como compendio de manifestaciones artísticas tan diversas se haría  merecedora de la distinción de Patrimonio de la Humanidad.

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