martes, 27 de mayo de 2014

El Palacio de los Marqueses de la Algaba

Bien es sabido que una de las fuentes de inspiración de los arquitectos regionalistas fue el mudéjar. Veamos algunos ejemplos: 

 La casa para Manuel Nogueira de Aníbal González de 1.907 en la calle Martín Villa.








La casa "El Barril" también de
Aníbal González de 1.909. Está en
Tomás de Ibarra.





       
 El pabellón de telefónica  en la Exposición 
Iberoamericana de Talavera y Heredia. (Año 1.925)



El conjunto de edificios que 
hizo Arévalo Martínez para la
Compañía Catalana de Gas y Electricidad: calles Miraflores, Santander, Pagés del Corro, Carmen...




O el edificio "La Adriática"
           de Espiau y Muñoz de 1914 en            la Avenida de la Constitución








Para intentar descubrir por qué esa atracción por el mudéjar nos hemos trasladado al Centro del Mudéjar que en 2.013 abrió el Ayuntamiento de Sevilla en el Palacio de los Marqueses dde la Algaba.  Se trata de un edificio que contiene dependecias administrativas de Participación Ciudadana y de Asuntos Sociales, además del Centro del Mudéjar. Al acceder al inmueble se entra en un distribuidor desde donde se accede a los distintos espacios. A la izquierda,la entrada al Centro Mudéjar:





Siguiendo la propia web del Palacio de los Marqueses Algaba:             
                     
 El edificio que conocemos actualmente como Palacio de los Marqueses de la Algaba es el resultado de la rehabilitación llevada a cabo entre los años 1998 y 2002 sobre los restos muy deteriorados del edificio histórico. Se trata  de un importante edificio civil, propiedad del Ayuntamiento de Sevilla ocupa una superficie en planta de 2.500 metros cuadrados, menos del cincuenta por ciento de su superficie original, que se estima en unos 5.600 metros cuadrados.
   





Cuenta con un núcleo más antiguo, fechado en el siglo XV, de estilo gótico mudéjar del que se conservan la torre defensiva que integra la fachada principal, construida íntegramente en ladrillo, y la pequeña torre anexa que albergaba la escalera de acceso a la anterior. Cuenta con una magnífica portada única en nuestra ciudad, que conjuga en sus dos plantas los dos estilos que conviven en este periodo: el estilo mudéjar de tradición árabe en la parte superior (con un magnífico friso de alicatado), y el gótico en la parte inferior (en trabajo de cantería). 




 Del edificio del siglo XVI  que sufrió una reforma a la que debe su trazado renacentista, cabe destacar los restos de la gran escalera palaciega en la crujía de fachada, los techos de madera policromados que se conservan en buen estado, en especial el aljarfe gótico de la torre Noroeste 





las yeserías que decoran algunas salas y un muro perspectiva de estilo grutesco que decoraba lo que era el cerramiento del gran jardín original del palacio, en la parte trasera del mismo



Desde el vestíbulo principal se accede al patio central del edificio, que originariamente contaba con 18 columnas de mármol, que soportaban las arquerías. Actualmente sólo se conserva una, estando formadas la mayoría de las arquerías sobre pilastras de ladrillo. Este patio porticado ejerce como organizador de las dependencias dispuestas en tres plantas.





Al fondo del patio se sitúan las dos grandes salas denominadas actualmente Don Rodrigo (por Rodrigo de Guzmán, III señor de La Algaba que renovó ampliándolo y embelleciéndolo, el viejo palacio gótico con su diseño renacentista) y Doña Leonor  (por Leonor de Acuña, su esposa). Desde 1516 figuran los escudos  de armas de las dos familias en el techo de la segunda sala. De aproximadamente 95 y 75 metros cuadrados, las dos salas, se utilizan como salones de conferencias y de reuniones para diferentes eventos organizados por entidades que solicitan estos espacios. 






En el ángulo contrario a la portada gótico-mudéjar, al término de la línea de fachada, se erige  una monumental escalera por la que se accede a la planta principal del Palacio.










En la planta principal se encuentran los dos espacios que integran la actual colección del Centro del Mudéjar. Ambos espacios cuentan con artesonados reconstruidos  de madera y frisos de yeserías de estilo renacentista. Al primer salón se accede por una puerta de madera acristalada, desde una zona porticada. Dispone de dos amplios ventanales al patio principal y un pequeño balcón que da a un patio secundario. Al segundo espacio,  se accede igualmente desde la zona porticada por una puerta semejante a la anterior. Esta sala dispone de un amplio balcón abierto al jardín  del Palacio. 


El Centro del Mudéjar está básicamente dedicado a las técnicas constructivas y a los materiales de la arquitectura mudéjar. En este tríptico pueden verse tales técnicas y materiales. El edificio cuenta con un plano de los principales edificios mudéjares sevillanos tanto religiosos como civiles, pero este plano no se encuentra en el Centro del Mudéjar, sino en el distribuidor de la entrada del inmueble, con lo que es posible salir del edificio sin verlo...

A nuestro juicio,este plano o cartel debería ser uno de los contenidos básicos del Centro, al permitirnos conocer la importancia del mudéjar en Sevilla y, en consecuencia, colocarse en un lugar destacado del Centro y no en su actual y desafortunada ubicación. 






De camino, quizás no sería mucho pedir que hubieran imágenes de los templos o palacios mudéjares. Ésta es la única fotografía existente en los contenidos expositivos. Hace referencia a la influencia que tuvo el Palacio de Pedro I del Alcázar en los palacios que a lo largo de los siglos los nobles sevillanos construían.




 El último gran palacio que se construyó en Sevilla y en el que aun era fuente de inspiración el mudéjar fue el de Sánchez Dalp en el Duque (derribado para edificar El Corte Inglés). El arquitecto Simón Barris fue el responsable de  la reforma del edificio que en su interior fue una recreación del mudéjar civil sevillano. (Simón Barris tuvo una gran influencia en Aníbal González) Recogemos una fotografía tomada de la web que se indica en el enlace




Aníbal González abandonó el modernismo de su primera arquitectura (que también había cultivado Simón Barris) y la primera obra de su nueva vocación arquitectónica es la antes citada casa para Manuel Nogueira.

También hemos echado en falta en el Centro una mayor contextualización teórica, histórica y geográfica del mudéjar, del neomudéjar y del regionalismo más allá de la escueta información del tríptico informativo o del contenido de los audiovisuales que se proyectan en una sala de la planta baja (salas polivalentes, no exclusivas del Centro) 

En resumen, el edificio del Palacio ha sido afortunadamente restaurado, porque su estado era ruinoso y por ello no hay más que felicitar al Ayuntamiento. Pero creemos que el Centro Mudéjar puede dar -sin mucho dispendio económico- mucho más de sí:

-Colocando el plano del mudéjar en Sevilla en mejor sitio
-Colocando fotografías de templos y palacios por ejemplo en las pilastras y columnas de los arcos de planta baja y principal
-Incorporar algún panel o contenido contextualizador del mudéjar
-Hacer alguna referencia al neomudéjar y a la influencia en el regionalismo (incluso con alguna fotografía)
-Ver la posibilidad de editar un mapa de mano como el cartel de la arquitectura civil y religiosa mudéjar.

Para acabar vamos a despedirnos con una fotografía del llamado Pabellón Mudéjar de la Exposición Iberoamericana de 1.929. Su arquitecto fue Aníbal González. El arquitecto pudo inspirarse precisamente en la portada del Palacio de los Marqueses de la Algaba (VILLAR MOVELLÁN, A: Arquitectura del regionalismo en Sevilla, Diputación de Sevilla,2010, página 181)






1 comentario:

  1. Muy interesante, es bueno conocer lo que tenemos y ojalá que aunque la modernidad avance, podamos conservar este rico patrimonio histórico.

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